En el anterior artículo analicé las dos primeras acciones que inician el restablecimiento de una saludable microbiota intestinal, un hecho que influye en el sistema inmunitario y el metabolismo y, por tanto, en el cáncer. En este artículo analizó las otras 5 acciones que restan.
Recuerda que este es un breve extracto del libro “Microbiota y cáncer”, que puede comprarse de forma individual, y que es el tomo II de un conjunto de 7 libros, la “Enciclopedia del cáncer”, que marcarán un antes y un después en el campo de la oncología.
3. Tratar la permeabilidad intestinal
La barrera intestinal es muy fina: sólo una delgada capa, compuesta por una única fila de células, separan el lumen intestinal de la mucosa y los tejidos subyacentes.
Las células se unen de diversas formas en función de la estructura del órgano del que formen parte y de su cometido primordial. Algunas células epiteliales se unen de forma laxa para permitir el paso de moléculas entre ellas, pero las del intestino deben unirse de forma oclusiva, mediante las llamadas ‘tight junctions’ o uniones estrechas, para impedir el paso de sustancias extrañas entre ellas y, así, sellar y aislar el contenido intestinal.
Las células epiteliales del intestino presentan una cara orientada al interior (o lumen) con vellosidades destinadas a aumentar la superficie de exposición y optimizar la absorción de nutrientes. La cara opuesta se orienta hacia la mucosa, donde reside una densa población inmunitaria.
El epitelio intestinal está recubierto de una capa mucosa de glicoproteínas que ejerce funciones protectoras, ayuda a absorber nutrientes y ejerce funciones de control antialérgenos: mucinas, defensinas y otros péptidos antibacterianos, además de inmunoglobulinas IgA. Ese moco se segrega por células goblet, insertadas entre las epiteliales y especializadas en tan importante tarea.
Las paneth cells son células del intestino delgado especializadas en la producción de péptidos antimicrobiales.
El problema es que si dicha barrera se ve comprometida (se debilita la capa de mucus y se permeabilizan las uniones entre las células epiteliales del intestino), sustancias que deberían permanecer en el lumen para ser fermentadas o eliminadas pasan de nuevo al torrente sanguíneo, que no es el lugar que les corresponde. Ese ‘envenenamiento’ por antígenos debido a la debilidad de las uniones del epitelio intestinal se conoce como intestino permeable, y produce toda una panoplia de síntomas y problemas de salud (estudio).
Los problemas psiquiátricos antes mencionados en otro apartado de este libro, al explicar el eje intestino-cerebro, son tal vez consecuencia de dicha permeabilidad intestinal, que se extiende a la de la barrera hematoencefálica (estudio), una relación que incluso investigadores del siglo XIX como Charles Darwin, o del XX como Claude Bernard ya habían sospechado.
Como ya hemos explicado antes, el ecosistema de especies microbianas será diferente según la zona del aparato digestivo que estudiemos, tanto longitudinal como transversalmente: las especies que habitan el lumen intestinal son diferentes a las que están en contacto con la capa de mucus protectora (estudio).
Esa capa de carbohidratos y su microbiota se verá regulada por factores como estrés o el tipo de dieta. Una dieta deficiente de fibra fermentable hará que la microbiota especializada en degradar mucus sobrepase a la microbiota especializada en fermentar fibra y ‘construir’ mucus, lo que favorecerá un balance neto hacia la destrucción de la capa protectora y comprometerá la integridad de la pared intestinal, facilitando la infección y la inflamación asociada (estudio, estudio).
Los antibióticos son otra de las causas que inducen una permeabilidad intestinal: la muerte de un gran número de bacterias saludables debido a su acción puede favorecer el crecimiento descontrolado de especies resistentes y productoras de toxinas que degradan la pared celular intestinal.
Ni siquiera es necesario que sean sólo las bacterias patógenas las que accedan al torrente sanguíneo: algunas de las bacterias intestinales de la microbiota que son saludables en el intestino, pueden no serlo al atravesar la membrana intestinal.
Las consecuencias de este proceso destructivo de la mucosa intestinal son de enorme importancia:
- Se incrementa la probabilidad de que se degraden las uniones estrechas del epitelio intestinal y de que patógenos previamente aislados en el lumen pasen al torrente sanguíneo.
- Se produce un incremento de la respuesta inflamatoria a esos patógenos, incrementando la inflamación de bajo grado (o incluso aguda) y la probabilidad de sufrir alguna de las dolencias que acarrea.
- La permeabilidad impacta en la digestión e impide la correcta absorción de nutrientes, lo que puede acarrear problemas nutricionales.
- En función del tramo del intestino afectado por la permeabilidad, nos encontraríamos con malabsorción de vitaminas hidrosolubles, minerales, vitaminas liposolubles, lípidos, carbohidratos o proteínas.
Por lo tanto, el ‘simple’ hecho de no consumir suficiente fibra, alimentos fermentables o prebióticos y de mantener un estrés crónico produce una cascada de sucesos que impactará negativamente en cualquier dolencia, aunque este hecho debe ser modulado, porque las dietas cetogénicas con escaso aporte de carbohidratos parecen mantener igualmente microbiotas saludables.
- Hay una relación entre la permeabilidad y la inflamación en las articulaciones (estudio).
- Estudio acerca de permeabilidad intestinal en pacientes con eccema y alergias alimentarias (estudio).
- En general, se han encontrado relaciones entre casi cualquier tipo de enfermedades metabólicas, autoinmunes, inflamatorias, psiquiátricas y que involucran al sistema nervioso.
Si padecemos cáncer querremos rebajar la inflamación y aprovechar al máximo los nutrientes, así que restablecer la integridad del intestino debe ser una de las acciones más importantes en la estrategia terapéutica.
Ese restablecimiento de la impermeabilidad intestinal va a veces acompañado de una disminución o incluso desaparición de síntomas de alergia o intolerancia alimenticia, al impedirse el paso de alérgenos desde el intestino. Las relaciones entre intestino permeable y problemas autoinmunes son cada vez más evidentes (estudio) No sólo eso, sino que también hay evidentes relaciones con cualquier desorden inflamatorio, incluido el cáncer (estudio).
Probablemente la integridad intestinal se regule a través de una proteína llamada Zonulina (estudio) (tal vez entre muchas otras que no conozcamos aún), y que ha sido estudiada por investigadores como Alesio Fasano (un gastroenterólogo que estudia temas como la relación entre mucosas intestinales e inmunidad).
Fasano ha relacionado la Zonulina con problemas autoinmunes y alérgicos como la enfermedad celíaca o la sensibilidad al gluten (estudio). Por supuesto, la industria intenta desarrollar inhibidores de la Zonulina para aplicar un parche al problema, en vez de atacar la permeabilidad con acciones más útiles, pero no patentables.
El gluten del trigo hexaploide es uno de los mayores culpables de los destrozos a la pared intestinal (estudio, estudio), pero en algunos estudios los fructanos aparecen también como posibles culpables, en enfermos con sensibilidad al gluten que siguen padeciendo síntomas pese a no consumirlo (estudio).
Aun así, ese impacto no debe ser entendido como un sistema de unos y ceros: no siempre se ven comprometidos todos los tramos de intestino, de golpe, sino que es un proceso gradual y que puede estar localizado.
Además, puede que no siempre sea del todo negativo, sino que también permite la reabsorción de moléculas beneficiosas: la piperina, conocida por ser potenciadora del efecto de otras moléculas, tal vez lo sea al inducir permeabilidades intestinales transitorias que faciliten el paso de nuevo hacia el torrente sanguíneo de estas (aunque no hace distinciones y permite el paso también de moléculas patógenas) (estudio).
El efecto beneficioso de piperina o capsaicina está demostrado en abundantes estudios, así que o bien simplemente los efectos deletéreos que ejercen sobre la barrera intestinal no tienen tanto peso como sus beneficios, o bien esa permeabilidad intestinal puede ser explotada terapéuticamente de alguna forma.
Los lipopolisacáridos (LPS) de la membrana celular de algunas bacterias gram-negativas del intestino que pasan al flujo sanguíneo a través de un intestino permeable, son ‘señales’ interpretadas como amenazas por el sistema inmune, que desencadena una respuesta de inmunoglobulinas IgA e IgM, y que a su vez están relacionadas con los síntomas de la depresión (estudio, estudio) o del síndrome de fatiga crónica (estudio, estudio, estudio)
Tal vez va siendo hora de recomendar a los pacientes depresivos una dieta paleo con abundante consumo de fibra, fermentados y caldos de huesos, aunque eso probablemente no suceda nunca porque significaría dejar de depender de fármacos sintéticos, que hacen ganar mucho dinero a quien maneja las riendas.
Deberíamos extendernos varios cientos de páginas para poder abarcar superficialmente el impacto sobre la salud de ese envenenamiento crónico que supone la debilidad de la pared intestinal, relacionada con la delgadez de la mucosa, así que haremos un listado sucinto de las condiciones de salud relacionadas con ella (repetiremos algunas ya mencionadas).
- Acné rosácea (estudio).
- Alergias e intolerancias (estudio, estudio, estudio).
- Enfermedad de Crohn (estudio).
- Colitis ulcerosa (estudio).
- Depresión (estudio).
- Fatiga crónica (estudio).
- Migrañas (estudio).
- Esclerosis lateral amiotrófica (estudio).
- Esclerosis múltiple (estudio).
- Parkinson (estudio).
- Sepsis y fallo multiorgánico (estudio).
- Enfermedades hepáticas y Hepatotoxicidad (estudio).
- Alzheimer (estudio, estudio, estudio).
- Enfermedades tiroideas (hipo e hipertiroidismo, tiroiditis autoinmune) (estudio).
- En general, cualquier enfermedad autoinmune (estudio).
- Por supuesto, hay relación entre intestino permeable y distintos aspectos del cáncer, como la caquexia (estudio) o pacientes de adenoma de colon (estudio).
Más tarde haremos un análisis más detallado de la relación entre salud intestinal y cáncer, pero ¿Hace falta repetir que todo está relacionado? (estudio) ¿Que la medicina se empecina en NO encontrar relaciones y en aplicar parches locales basados en moléculas sintéticas?
Existen biomarcadores y pruebas para determinar si existe permeabilidad intestinal y en qué grado, pero no parecen sencillas de aplicar en clínicas no especializadas (estudio).
Aunque hay formas subjetivas de valorar una posible permeabilidad, en función de determinados síntomas, si uno padece cáncer es muy probable que la padezca en mayor o menor grado, y debe actuar como si la tuviera.
Podemos evitarnos pruebas que tal vez no sean necesarias porque las acciones que hay que tomar son las mismas independientemente de si realmente se padece una permeabilidad o no.
El intestino permeable es tal vez una de las condiciones más dañinas y que impactan con mayor profundidad en numerosas dolencias. La ventaja es que su solución es relativamente sencilla con medidas dietéticas, de estilo de vida y de suplementación, que abordaremos más adelante.
En el libro «Microbiota y cáncer» analizo formas de restituir la permeabilidad intestinal, dosificaciones y dónde comprar, así como terapias para abordar el resto de acciones de esta lista:
Algunas terapias dirigidas a restablecer la permeabilidad:
- L-glutamina (estudio). Hablé de ello en varios artículos, por ejemplo, en éste.
- Colágeno (ambos pueden obtenerse de caldos de huesos o pescado) (estudio). Hablé de ello en este artículo.
- Glucosamina y condroitina (estudio).
4. Eliminar los microorganismos patógenos
Ya hemos hablado del Regaliz desglicirricinado y de la Almáciga contra la Helicobacter estomacal, aunque también actúan contra especies situadas en otras zonas del aparato digestivo y su acción inmunitaria es sistémica.
Ahora hablaremos de medidas para actuar contra microorganismos patógenos de otras localizaciones (del intestino delgado, que ocasiona el SIBO, o del intestino grueso).
Algunas acciones terapéuticas analizadas en el libro:
- Bacteriófagos (hablé de ellos en este artículo),
- Arcillas como Zeolita o Bentonita (hablo extensamente de sus propiedades en el libro) (estudio).
- Aceites esenciales (estudio).
- Procinéticos (estudio)
- Triphala (estudio)
5. Poblar con bacterias beneficiosas
Una vez que hemos solucionado el problema del sobrecrecimiento de microorganismos patógenos, sí podemos repoblar el intestino con bacterias amigables (probióticos) y darles de comer lo que les hace prosperar (prebióticos).
Los probióticos son bacterias vivas beneficiosas, que podemos incorporar a nuestro intestino mediante alimentos, suplementos o contacto con la tierra. Pueden tomarse por vía oral o rectal, en forma de enema
Ya hemos tratado extensamente la importancia de una microbiota variada y en la que prosperen las especies “adecuadas”, que arrinconen a las patógenas. Por lo general los suplementos comerciales aportan un número limitado de especies, sólo aquellas más estudiadas y conocidas, y cuya venta no acarreará problemas al vendedor.
La mayoría emplea especies lácticas, que generan ácido láctico a partir de azúcares (Lactobacillus y Bifidobacterias) y suelen ser especies ‘propietarias’, esto es, bacterias preparadas en laboratorio, que pueden ser patentadas y vendidas.
Los estudios que demuestran las ventajas para la salud de los suplementos de probióticos son demasiados como para estar influenciados todos ellos por las empresas que los comercializan (aunque todo es posible), pero no hay suplemento probiótico que iguale en diversidad y cantidad de bacterias a cualquier alimento fermentado.
No hay tantos estudios que demuestren los beneficios para la salud de los fermentos alimentarios (tal vez el kéfir sea el más estudiado), porque no hay un interés comercial asociado a ello, pero sin excesivo temor a equivocarnos podemos trasladar (multiplicada) la eficacia de los estudios en suplementos a los alimentos fermentados.
Las bifidobacterias son inmejorables protectores de la integridad intestinal, y ya hemos visto que la B.Longum aparece tozudamente en el intestino de toda persona especialmente saludable. Además, al generar ácido láctico, las bifidobacterias disminuyen el ph intestinal, y ya hemos vito que eso impacta de forma general en el ambiente completo del ecosistema bacteriano, haciendo que prosperen bacterias saludables y dificultando el crecimiento de las patógenas. Aunque las bifidobacterias no producen butirato, inciden indirectamente en su producción al beneficiar a las especies que sí lo producen.
Las lactobacterias ejercen, por su parte, una labor similar (estudio) y, a la vez, complementaria a la de las bifidobacterias, con una clara sinergia antibacteriana (estudio).
Los suplementos comerciales se enfocan en esas dos familias de bacterias, porque han sido extensamente estudiadas y su uso es muy seguro. Pero, como veremos, un kéfir (como el yogur es especialmente rico en especies de Bifidobacterias y Lactobacillus) contiene las mismas cepas y unas cuantas decenas más, en cantidades mucho mayores, y aportando además otras enzimas, minerales, vitaminas y polisacáridos con acciones antitumorales complementarias.
Desaconsejo totalmente gastar dinero en los suplementos probióticos usuales, basados en cepas lácticas, salvo en dos casos:
- Si el paciente no puede tomar alimentos fermentados por una cuestión de repugnancia o en caso de padecer una intolerancia a la histamina (los alimentos fermentados son especialmente problemáticos en ese caso).
- Si el suplemento contiene bacteriófagos, de los que ya hemos hablado, que sí son una magnífica arma terapéutica y que harían sinergia con las cepas probióticas.
La clave consiste en consumir una amplia variedad de alimentos fermentados, que aportarían cepas diversas y complementarias: lácteos, verduras o fuentes animales fermentadas. Todas las culturas ancestrales han desarrollado técnicas diversas de fermentación con el objetivo de conservar los alimentos durante más tiempo, y de paso han alterado sus sabores y propiedades.
Te aconsejo la lectura de un magnífico libro, Nourishing traditions, de Sally Fallon, que recoge infinidad de recetas tradicionales para preparar, entre muchas otras cosas, whey, butter milk, pescado y carne fermentados, kefir o yogur casero.
Sí pueden tener sentido los suplementos de probióticos basados en cepas de tierra. Como veremos más adelante, el contacto con la tierra (que no con la suciedad de las aceras urbanas) representa una forma magnífica de fortalecer el sistema inmune y equilibrar el balance TH1/TH2 (estudio).
Pero no todo el mundo tiene la posibilidad de ‘ensuciarse’, ni tiene el tiempo para cultivar plantas en su domicilio, y existe el serio problema del contacto adicional con pesticidas al manipular tierra excesivamente contaminada. Si ese es el caso, hay un probiótico muy útil: Prescript Assist, con 29 especies de tierra. Se puede comprar aquí, o aquí.
Las bacterias transitan mejor a lo largo del tubo digestivo si se consumen con algo de grasa.
La ayuda de los probióticos a los pacientes de cáncer, sea cual sea el órgano primario afectado son evidentes para cualquiera que haya leído hasta aquí, por mejorar las condiciones metabólicas e inmunes sistémicas del enfermo. Hay estudios que lo demuestran:
- Como ya hemos mencionado, los probióticos podrían mejorar indirectamente la respuesta de la quimioterapia, al prevenir el desastre intestinal que el veneno citotóxico produce en la microbiota (estudio).
- Los probióticos pueden ayudar al tratamiento antitumoral por medios sorprendentes: algunas bacterias han demostrado colonizar con preferencia algunos tejidos metastásicos en roedores y generar metabolitos que podrían ser detectados en la orina, proporcionando medios sencillos de detección de metástasis, pero también terapéuticos (estudio).
- Efecto inmunomodulador de las bacterias ácidolacticas, que podría explicar su efecto antitumoral sistémico (estudio).
- Revisión de los efectos de los probióticos en prevención y tratamiento (estudio).
- Otra revisión, que destaca el efecto de diversas cepas de probióticos, en tomas orales, sobre diversos modelos experimentales in vivo de cáncer y en ensayos clínicos enfocados en la disminución de los efectos secundarios debido a la quimioterapia (estudio).
- Y, en definitiva, el intestino y la microbiota se encuentran en el centro mismo de los debates acerca del enfoque inmunoterapéutico anticáncer que viene: como es lógico no hay medida inmunitaria que pueda obviar el papel del intestino y de una correcta repoblación de especies saludables. O atendemos a algo tan ‘simple’ como la salud intestinal usando medidas dietéticas o toda nueva terapia quedará coja (estudio).
Hay otra acciones más específicas y definitivas como los trasplantes fecales, que cada vez tendrán mayor peso a la hora de reestablecer intestinos devastados por los antibióticos y por otras patologías.
En el libro analizo los tipos de fibra y cuáles son los alimentos y suplementos prebióticos más eficaces, así como otras acciones dirigidas a restablecer la microbiota.
Entre dichas acciones están los lácteos, que analicé con extrema profundidad en tres artículos. Este es el primero y más extenso.
6. Ayudar a la eliminación de toxinas y proteger el hígado
Analizo acciones como:
7. Otras acciones adicionales
Acciones con las que probablemente ya estarás familiarizado, como por ejemplo:
- Ejercicio físico. Hablé de ello en este artículo, y es lógico que impacte positivamente en la composición de la microbiota, al hacerlo también en el metabolismo.
- Ayuno (estudio).
- Ritmo circadiano. Hablé de ello en este artículo. De nuevo, todo lo que regule el metabolismo debe regular también la microbiota.
- Relaciones sociales (estudio). Dedicaré uno de los libros de la Enciclopedia del cáncer, el tomo IV, a las emociones, la mente y su relación con el cáncer.
Libros imprescindibles para cambiar hacia un paradigma realmente útil y eficaz
«Microbiota y cáncer» es el tomo II de la Enciclopedia del cáncer. Un libro que ilumina los descubrimientos científicos más recientes sobre el papel crucial de los microorganismos en nuestra salud, especialmente en la prevención y el tratamiento del cáncer.
Explora un océano microscópico de organismos que coexisten en nuestro intestino, formando la microbiota. Descubrirás cómo estos microorganismos influyen en nuestro sistema inmunológico, metabolismo y respuesta al tratamiento del cáncer.
«Microbiota y cáncer» te sumerge en terapias innovadoras que se centran en la mejora de la microbiota intestinal para ayudar a las personas que luchan contra el cáncer. En él descubrirás enfoques terapéuticos prometedores, terapias emergentes con el poder de mejorar la eficacia de los tratamientos convencionales, reducir los efectos secundarios y potenciar la recuperación.
A medida que explores las páginas de «Microbiota y cáncer«, adquirirás conocimientos prácticos y herramientas fundamentales para mejorar tu salud intestinal y apoyar tu bienestar en la lucha contra el cáncer.
Hasta la fecha es el análisis más exhaustivo y útil, relativo a la microbiota intestinal contra el cáncer y las terapias disponibles, tanto oficiales como oficiosas.
Recuerda que si adquieres la colección completa de 7 libros de la Enciclopedia del cáncer, te ahorrarás casi el 70% respecto a la compra de cada libro.
Estimado Alfonso,
NO he leído tu libro sobre microbiota y cáncer, que sabiendo como trabajas, seguro es muy interesante. Por lo que he leído en el título convertir la microbiota en un ejército antitumoral, sólo deseo manifestar que se debe ser enormemente prudente pues no sabemos casi nada de las bacteria, si actúan solas o es el colectivo y así muchas preguntas que impiden la afirmación que haces y que tiende a una mala interpretación. El Helicobater Pylori, mal visto por estar en relación con el cáncer de estómago es a su vez un protector del reflujo gástrico y con ello limita los cánceres de esófago y lo mismo hasta mejora el asma. ¡Héroe y villano a la vez en el mismo anfitrión!
Hola, Santos,
Justo digo algo parecido en el libro, respecto a Helicobacter y otras bacterias, que pueden ser una cosa u otros en función del contexto «ecológico», con enorme matiz
Un saludo
Muchas gracias por el artículo. Yo he sido un niño con una barbaridad de problemas físicos y autoinmunes (a partir de los 7 años). Después, fue un adolescente débil, y con multitud de molestias y problemas.
Por supuesto, comía mucho azúcar, muchísimos carbohidratos y muy poca comida real.
Ya de adulto, una dieta principalmente Paleo, algún ayuno y periodo cetogénico, almorzar y no desayunar, entrenamiento (suave) de fuerza y algo de suplementación, me han hecho sentirme en mis 40, como nunca lo hice.
Pensaba que había llegado a mi techo, cuando este año empecé con las duchas de agua fría cuando me levanto, y aún estoy mejor.
Casi todo lo que nos cuentan es mentira, y una vida mejor es posible. Si hubiera hecho caso a los médicos, estaría medicado de forma crónica desde la adolescencia. Un abrazo a todos.
Gracias,Rubén
Hola Alfonso.Te sigo desde hace años y la labor que realizas es impagable.Cuando te llegue la hora y te vayas de este mundo por lo menos te iras con la conciencias tranquila.
Te escribo para comentarte que no recuerdo haber leído nada en tu blog -si no es así me corriges- sobre la relaccion entre los metales pesados y otros tóxicos con el desarrollo de cáncer.
Yo por suerte no padezco cáncer pero si padezco de Fibromialgia y Sindrome de Fatiga Cronica,disbiosis intestinal,disautonomia,etc… a causa sobre todo de una intoxicación por mercurio proveniente primero de las vacunas que me pusieron de pequeñito y luego de las amalgamas o empastes que llevé durante muchos años en mi boca,Por que aunque parezca increible desde hace 150 años se pone en la boca de las personas uno de los mayores venenos que existen con la excusa de que al estar amalgamado no es peligroso,afirmación esta que es una completa mentira.
También el mercurio provoca disbiosis intestinal.En España una de las personas que más saben de disbiosis y microbiota es Mar Alonso:
https://microecologia.es/metales-pesados-y-microbiota/
Sobre la relaccion entre metales y desarrollo de cáncer a largo plazo te adjunto este estudio:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5752980/
Es sabido que en zonas industriales o muy contaminadas es mucho mas habitual ver casos de cáncer.Por supuesto la oncologia normal ni contempla este problema -hasta donde yo se- y cuando les llega algun trabajador industrial enfermo de cancer en vez de hacerle analiticas para ver sus niveles de metales o de otros to´óxicos en el cuerpo ademas de comprobar sus niveles de glutation o de antioxidantes lo que le hacen inmediatamente en meterle todavia más venenos esta vez de tipo quimioterapicos.
Un saludo.
Perdón,olvide adjuntar este otro estudio:
https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fphar.2021.643972/full